IMG-20151013-WA0007El Ayuntamiento de Sayalonga decreta dos días de luto por el fallecimiento de su hijo predilecto D. Manuel Fernández Mota, poeta y escritor. Las banderas ya ondean a media asta en los edificios públicos de la localidad y se suspenden todos los actos oficiales.
Esta mañana a las doce en el parque cementerio de Botafuegos de Algeciras se ha celebrado un acto de despedida.

El Ayuntamiento de Sayalonga ha organizado un acto de despedida mañana miércoles 14 de octubre a las doce de la mañana, en el Museo Morisco, donde tiene una sala dedicada. Acto seguido se llevará a cabo su última voluntad, descansar en paz en la tierra que lo vio crecer, en el Cementerio Municipal de Sayalonga, junto a sus padres, sus hermanos y su esposa.

El alcalde de Sayalonga, Antonio Jesús Pérez,  ha comunicado que Sayalonga siente la pérdida de su hijo predilecto «es reseñable destacar la constancia y el mérito que le caracterizó para formarse sin dejar de transmitir su carácter afable y humilde«. También manifestó que «es  de agradece el legado cultural que ha dejado en el municipio. Más de dos mil obras de su biblioteca personal que están a disposición de la localidad. Además, dos libros que escribió sobre la historia de Sayalonga«.

Martes 13 a las 12:00h Acto de despedida en la capilla del Cementerio Botafuegos de Algeciras.

Miércoles 14 a las 12:00h Acto de despedida en el Museo Morisco de Sayalonga. 

dep

Un extracto de una de sus obras (CHIRIBITAS):

«Yo conocí la dicha, el amor, la alegría.
Tuve horas de vuelos sin barreras.
Todo se fue.
Todo se me perdió tragado por la niebla;
pero aún tengo en las manos
los latidos calientes de la vida.

Horas de ayer, horas que fueron mías,
brotadas de mi fuente, encendidas, amadas,
grabadas en mi pecho.
Ayer se fue,
se perdió en el vacío, pero el tiempo
aún palpita en los astros y en los besos»
Manuel Fernández Mota

CRI5FnCW8AA9qaTNace en Sayalonga, un pueblo de La Axarquía malagueña, el 9 de agosto de 1924. Es el menor de una familia campesina de nueve hermanos, y como todos los habitantes de su pueblo, tuvo que dedicarse al campo. Sintió desde muy pequeño un gran amor hacia la literatura y la poesía, y leyó y se formó con la lectura de los clásicos. Así se compenetró con poetas del Siglo de Oro y con otros más modernos. No pudo estudiar por causa de la Guerra, pero él hizo de los montes una universidad. A la edad de 35 años empieza el Bachillerato, haciendo después la carrera de Magisterio, profesión que ha ejercido en Algeciras hasta su jubilación. La biblioteca municipal de Sayalonga y una sala del Museo Morisco llevan su nombre en reconocimiento.